Anal logic sounds

 

 

un colocón sónico de Charlie Mysterio

 

 

Hace poco el genial Peter Kember (aka Sonic Boom) se asomó a las páginas de la más prestigiosa publicación de rock -me atrevería a decir que la única- de nuestro país. Tras la jugosa entrevista de rigor Mr.Spectrum señaló una lista de los temas mas influyentes, según su personal y erudito criterio, en la electrónica del rock. Añejas canciones que no sólo introdujeron los sintetizadores de manera asombrosa sino que su influjo ha sido mayúsculo, perdurando hasta nuestros días. De la curiosa lista me llamó la atención la inclusión de “THE CRUCIFIXION” del gran Phil Ochs, pues tan sólo conozco esta canción en clásico formato folkie de guitarra y voz. Debe existir alguna otra version que desconozco o es una excentricidad que se permite el maestro Sonic.

Sin poseer ni la millonésima parte de la cultura musical de mi admirado y aristocrático Kember, me atrevo a elaborar un hit-parade alternativo de algunas canciones con sintetizador anal y lógico que considero absolutamente imprescindibles. Desconozco la influencia y el recorrido que han tenido, pero a mi juicio son extraordinarias. Aquí van, sin orden ni concierto pero con sus respectivos tubos para desconectar nuestras mentes por unos placenteros instantes.

 

 

Cindy Electronium, Raymond Scott (1959)

 

Resulta increíble que se pudiera sonar a los primeros Kraftwerk o Tangerine Dream ya en los cincuenta. Me aventuro a afirmar que esta es una de las primeras piezas de tecno-pop de la historia.

Intuyo que el tema, salido del mágico Manhattan Research (primer estudio de grabación dedicado a la música electrónica) está compuesto y grabado con un Electronium, uno de los primeros sintes, creado por el propio Scott, capaz de generar a través de inteligencia artificial secuencias originales de tonos, ritmos y timbres.

Mucho se ha escrito ya acerca del divino Raymond, pero como curiosidad diré que es citado por Kent Zurdman en el himno ruleto “SOMOS DE OTRO TIEMPO”.

 

 

Moog Power, Hugo Montenegro (1969)

 

Montenegro grabó el primer album de pop con un sintetizador Moog y este es el energético tema que da título al burbujeante LP, todo un experimento musical hasta entonces inédito. Las habilidades de Hugo como compositor, productor y arreglista son extraordinarios, sus canciones están mejor construidas y son mil veces más imaginativas que las toneladas de Moog-pop que vendría después. Esta canción, quintaesencia del groovy, sigue sonando fresca y sorprendente a dia de hoy. Me alucina el uso tan original de voces y percusión, integradas con absoluta maestría en el poderoso espectro del sonido Moog.


 

TVOD, The Normal (1978)

 

O como la lectura de J.G.Ballard aplicada a un sintetizador Korg 700s puede generar una de las piezas de tecno minimalista, obsesivo y hechizante más interesantes de la era punk. Me pregunto por qué a día de hoy no abunda la inspiración para fabricar canciones tan sencillas, redondas y atemporales.

The Normal era el seudónimo que utilizaba entonces Daniel Miller, productor y fundador del prestigioso sello Mute, descubridor del genial Fad Gadget y creador total -también bajo diversos alias- de los deliciosos Silicon Teens, otro prodigio de tecno-pop. Miller en la era The Normal estaba inspirado en lo musical por el tecno y el kraut alemán.

 

 

Fear, The Ventures (1963)

 

No contentos con ser el mejor combo de rock instrumental de su momento los Ventures dan un paso de gigante al grabar el muy adelantado In Space en el 63 y llevando el surf a un terreno cósmico. Tan sólo a tres años de su famoso debut, "WALK, DON'T RUN", condujeron el sonido de sus guitarras Mosrite a un territorio hasta la fecha desconocido, futurista y prodigioso. Parece increíble pero en esta inquietante pieza no suenan sintes, Theremin ni efectos electrónicos. Son guitarras flotantes y misteriosas. Sin embargo están tratadas de una manera electrónica, incluso el ritmo de la batería es como un hipnótico loop.

 


My other voice, Sparks (1979)

 

Nunca agradeceré lo suficiente a nuestro webmeister el descubrimiento de los divinos hermanos Mael, genios musicales capaces de saltar con maestría de un género a otro y reinventarse ad eternum. En esta ocasión se aliaron con otro mago, Giorgio Moroder, grabando este prodigioso artefacto tecno en los estudios Musicland, epicentro del sonido Munich. Colchones de sintetizadores, un duet de vocoder y voz en falsetto de Russell Mael flotan y navegan sobre un extraño ritmo que suena a hojas de cuchillos afilándose. Absolutamente mágico.

 

 

Green Onions, Dick Hyman (1969)

 

Otra pieza hecha con sintetizador Moog del mismo año que la de Hugo Montenegro, pero radicalmente distinta. Si en “MOOG POWER” todo estaba perfectamente delineado y equilibrado, aquí reina el caos, la improvisación free, la locura y la desmesura. Existe una version más extraña de este clásico de Booker T. Hyman la prolonga hasta los ocho minutos y cada compás que sucede al anterior añade desconcierto, riesgo y disonancias a la conocida melodia original. Una marciana, telefónica y fascinante deconstruccion.

 

 

Organ rounds, Moondog (1949)

 

Moondog pertenece, como Sun Ra, a otra dimensión. Su música es visionaria, magnética, expansiva y curativa, siempre fascinante. Este peculiar y bello collage de sonidos electrónicos, ambientales y percusiones exóticas (todo interpretado únicamente por él) demuestra lo adelantado que estaba a su tiempo.

 

 

Big city, Spacemen 3 (1991)

 

No podía dejar de incluir en mi lista al maestro Sonic Boom. Una flotadora y bailable canción de despedida, que fue una de las cumbres de los Spaceys, justo en el ocaso del climático dúo. Con guiños al gospel, Electric Prunes, Suicide, Eno, Moroder, la música planeadora teutona…pero sin sonar a nada en concreto más que a ellos mismos. Esa fue la grandeza de Spacemen 3, siempre fueron unos creadores y exploradores del drone. Los últimos catedráticos de la psicodelia.